lunes, 17 de octubre de 2011

Legión de honor

         Tenía la mirada perdida y doloridas las piernas. Las manos entumecidas por el peso del equipo, y la mugre apenas revelaba el aspecto de su piel. No había tiempo de lamentos ni consuelo para el alma. Le costaba respirar, la fatiga le ahogaba y el aire cargado de humo y pavesas hacían el resto. Recóndito tras las tablas encastradas podía divisar el aterrador orificio del cañón enemigo, al tiempo que Walter se aproximaba.
Walter: Si los oficiales creían que podíamos atravesar Bélgica como el Kaiser atraviesa el Vestíbulo de Mármol de Friedrichskron, que se sienten y esperen porque esto no va a resultar un paseo militar.
Fritz escuchaba atento en el mismo momento en que sacaba un cigarrillo y lo situaba cuidadosamente entre sus dedos. Su mirada denotaba cansancio y la incipiente barba era prueba evidente de los días que llevaba en aquel foso.
Fritz: Los oficiales sólo piensan en rameras y lujos mientras nos envían impunemente a morir.
En aquel macabro lugar, conviviendo con excrementos y ratas, Fritz saboreaba el dulzor de la amistad. Compartió infancia con Walter y juntos decidieron ingresar en el ejército del II Reich.
Walter: ¿Los mandos no sabían de la existencia de esas condenadas fortificaciones enemigas? Ya he visto muchos compatriotas morir aquí…
Fritz: Los mandos creían que los belgas iban a hacernos los honores en nuestro paseo hacia Francia. ¡Maldito Plan Schlieffen!.
Walter: a Emmich no se le ha visto el pelo, siempre en retaguardia…
Fritz: Prusia no merece esa rata…
                Fritz asía su Gewerh 98 después de acomodar el cigarrillo entre sus labios sin la intención de encenderlo. Con gesto exhausto y voz exánime, decidió otear más allá de la defensa belga mientras entonaba plegarias a modo de canto. Desde su posición podía observar la ciudad fortificada de Lieja, al tiempo que apostaba su fusil por encima de la trinchera. El fuego de artillería belga cercenaba las esperanzas de expansión por el Oeste, dejando una dantesca escena que enmarañaba la posibilidad de que todo lo vivido fuera fruto de una experiencia onírica. En los ánimos de los soldados alemanes aún habitaba el luctuoso recuerdo del paso del rio Mosa.
                Se sentía incapaz de retirar su índice derecho del gatillo del Gewerh desde que fueron sorprendidos en su avance por el fuego de obuses nacidos de la nada. Fruncía el ceño para acomodar la vista en postura inmóvil. El sudor brotaba de su frente. Escuchaba a Walter farfullar mientras se quitaba las botas para secarse los pies.
Walter: El dolor empieza a ser insoportable y no siento el dedo gordo…
Fritz: ¡Silencio Walter!-le interrumpió-Escucha eso…
Walter se puso de pie de un enérgico salto y escudriñó a su retaguardia.
Walter: no puedo ver nada…
                Un sonido de motores en escala ascendente sobresaltó a los soldados atrincherados. Fritz se quitó la gorra y se agachó mientras cogía el fusil. Se giró y permaneció agachado a los pies de Walter. El cañón belga comenzó a escupir proyectiles por encima de sus cabezas. Agazapados en el socavón se protegían de tierra y piedras, y los lamentos quedaban atenuados por las explosiones. Minutos después, todo quedó en silencio.
Fritz: ¿Estás bien Walter? Deben haber atacado a la 34º Brigada de Infantería del General Von Krawell…
Walter:  ¡Estoy herido!- la sangre emanaba de su pierna. Restos de metralla de un obús de 150 mm habían alcanzado a Walter. Jadeaba exhausto. Se aferraba a la mano de Fritz y le susurraba al oído con dicción entrecortada. Fritz hacía presión sobre la aberrante llaga que Walter portaba en su muslo izquierdo. Tras torniquete con ceñidor, Fritz se puso en pie y dirigió la mirada hacia el fuliginoso cañón belga. No comprendía qué y quién era el ejecutor del exterminio, hasta que pudo ver un carro con cañón Krupp de 420 mm con una enseña tricolor que le resultaba familiar. Volvió a su exangüe amigo, portador de níveo semblante y gesto estremecedor con la euforia propia de lo acontecido.
Fritz: ¡Walter! No sé cómo, pero hemos destruido sus defensas con artillería pesada…¡Walter! ¡Walter!
                El amigo tiraba de la solapa de la chaqueta de Fritz con escaso brío. Vigor caduco y rigidez mortecina. Débil hálito. Las efímeras energías que le quedaban fueron empleadas para ofrendar a Fritz con sus últimos vocablos.
Walter: Amigo, no temas por mi alma…El imperio caerá pero el pueblo alemán sabrá reponerse para dominar Europa…servir contigo, mi salvoconducto al cielo…
                Los dedos inertes de Walter se soltaron de repente. Fritz quedó sumido en pesadumbre.

                El fuerte Fleron acababa de ser reducido a escombros. Pontisse, Barchon, Chaudfontaine y por último Loncin, eran tomados por la infantería alemana y con ello se conseguía la capitulación definitiva de Lieja.


                Blasón germánico en Bélgica, antesala del lúgubre juego de destrucción y muerte en que quedaba sumido el mundo.


miércoles, 12 de octubre de 2011

Espacio y tiempo




           
Regreso al futuro
       Las variables espacio y tiempo vuelven a ser objeto de debate entre la comunidad científica. Es el sustrato sobre el que asientan los últimos avances en física molecular de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) y que sostiene una teoría que podría hacer tambalear los cimientos de los aprobados principios de la relatividad de Einstein.  De acuerdo con sus estudios, el físico alemán sostiene que ningún cuerpo puede viajar a la velocidad de la luz, pues el aumento de velocidad supone un aumento de masa y se necesitaría una cantidad teóricamente infinita de energía para conseguir tales velocidades. Sin embargo, los investigadores del CERN han recogidos datos asombrosos en el análisis de partículas subatómicas aceleradas desde Ginebra y recogidas en el detector OPERA del laboratorio subterráneo del Gran Sasso en Italia, a una distancia de 730 kilómetros. Las conclusiones hacen referencia a que las medidas de velocidad de determinada clase de neutrino arrojaban valores superlumínicos. La naturaleza de las investigaciones se basaron en principio en las oscilaciones de los neutrinos muónicos en neutrinos tauónicos, pero en la recogida de los mismos y sus mediciones de tiempo pudieron observar que más de 15000 neutrinos tardaban 60 nanosegundos menos en recorrer la distancia que los fotones, por lo que es posible viajar por encima de la velocidad de la luz, principio que va en contra de un pilar fundamental de la física.
La máquina del tiempo
                A la luz de los nuevos descubrimientos y en base a investigaciones previas en relación con los viajes en el tiempo, donde se demuestra la transferencia temporal de partículas subatómicas y con ellas información, puede que estemos más cerca de correlacionar dichos resultados a nivel macroscópico, pues como sostienen algunos autores, para viajar en el tiempo debe ser superada la velocidad de la luz. Ronald Mallett, físico estadounidense y profesor en la universidad de Connecticut, empleó haces de laser dispuestos en espiral a modo de reproducir fenómenos físicos en un espacio de antimateria e hizo atravesar una partícula por esa deformidad que tiene un comportamiento físico similar a un agujero negro, de manera que consiguió la transferencia de dicha partícula que fue desdoblada en el espacio-tiempo. Así mismo, se sabe que los ordenadores de a bordo de los  satélites que viajan alrededor de la tierra a 30000 km/h son programados teniendo en cuenta un retardo asumible al desplazamiento de esa masa en ese espacio teniendo en cuenta su velocidad. De igual manera, los astronautas que han permanecido varios meses dando vueltas en el espacio en la estación espacial rusa Mir, han experimentado viajes temporales de una fracción de segundo, todo ello basado en la relatividad temporal promulgada por Einstein, en la que el observador juega un papel esencial. Se antoja fundamental la explicación de universos paralelos y ‘el libre albedrío’ para aceptar la existencia de un nautatemporal y no asumir las consecuencias de sus actos en un determinado momento de un determinado lugar por la existencia de múltiples universos en los que no se dejaran notar los efectos producidos por ese viajero temporal. De otro modo, las consecuencias de los actos de los nautatemporales pueden ocasionar paradojas espacio-temporales, salvo que aceptemos la teoría de multiversalidad y no sean evidentes los efectos de dichos actos.
                Todo lo expuesto no son más que elucubraciones y búsqueda del ser humano a interrogantes que no son aceptados categóricamente por la naturaleza hipotética que caracteriza a la ciencia en general y la física en particular. Pero…¿y si un día llegara a demostrarse y pudiéramos tener consciencia de un viajero en el tiempo? ¿Cómo influiría en el devenir de los acontecimientos y el comportamiento del ser humano?...La delgada línea que separa realidad de ciencia ficción no debe hacer distraer al hombre de aspectos morales que requieren una mayor dedicación y cuidado, aunque sea de alabar el esmero con el que nos afanamos en dar respuesta a interrogantes que, difícilmente pueden ser explicados por las matemáticas. Si destináramos una parte del tiempo que es empleado en comportamientos execrables, no tendría dudas de la idoneidad del universo en el que el ser humano podría vivir y disfrutar de ‘su espacio-tiempo’ como variables físicas y manejarlas a su antojo para impregnar a las generaciones futuras de una moralidad alejada de parámetros con base en una explicación científica y dar paso a una moralidad plena de valores en las que el amor por los demás sea la ley que domine el espacio y el tiempo que nos quede por disfrutar.